HORSE, la máquina que convierte basura orgánica en electricidad y abono

La máquina con la que muchos hemos soñado, un sistema de generación in situ de energía a partir de los materiales orgánicos residuales y de alimentos. Además también produce fertilizante. Así que con tu basura orgánica puedes por un lado generar energía y por otro lado, producir abono ecológico, ¿alguien da más?

HORSE permite reciclar 25 toneladas al año de basura orgánica, produciendo con ellos: 20.440 litros de fertilizante ecológico y 37 MWh de energía.

Esta máquina ayuda a la conservación de los recursos locales, reduciendo la necesidad de agroquímicos para los cultivos y proporcionando a la comunidad local un ciclo de vida de alimentos después de su consumo.

Horse cambia la perspectiva en el manejo de deshechos, ya que todos los deshechos orgánicos ahora pasan a ser recursos.

Utiliza el ciclo de vida para reducir los residuos, reducir el consumo de energía, reducir la intensidad de tráfico y transporte y conservar el empleo y el dinero asociado a las transacciones comerciales dentro de cada comunidad.

Esta máquina ha roto con la complejidad y el costo hasta ahora en otros sistemas de digestión anaerobia, proceso en el cual microorganismos descomponen material biodegradable en ausencia de oxígeno.

El sistema funciona completamente fuera de la red y no necesita ninguna conexión para su funcionamiento, es totalmente autónomo. Puede ser entregado en un remolque para ser portátil en eventos y fiestas.

HORSE permite alcanzar la soberanía energética y aprovechar tus recursos al máximo.

Beneficios del sistema.

  • La capacidad de reducir los costes de eliminación de basura, reciclaje y generación de energía al mismo tiempo.
  • Sistema basado en requerimientos de mínimo espacio.
  • Rápida implementación para reemplazar sistemas de generación diesel y fácilmente ampliable.
  • Generación de electricidad y calor in situ, u otras formas de energía (luz, agua caliente, etc.).
  • Puede convertir restos de comida, carne, grasa, aceite, todos líquidos comestibles, mariscos, productos lácteos, almidón, azúcar, frutas, vegetales, pequeños huesos, servilletas, papel de cocina o cáscaras de huevo, además de alcohol.

Más información: impactbioenergy.com

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