En Turín, capital de Piamonte en el norte de Italia fue creada la primera planta de tratamiento de aguas residuales de Collegno implementando la tecnología de combustible de óxido solido convirtiéndose esta en la mayor instalación del mundo, debido a esta, de las aguas residuales de 180.000 personas que vierten en dicha planta se obtendrá biogás el cual cubrirá el 30% de la energía utilizada por la misma para cumplir sus operaciones incluyendo todas sus necesidades térmicas.
Este proyecto pionero bautizado como DEMOSOFC es catalogado como planta única en el mundo por su tamaño y funcionalidad resaltando la importancia que tendrá agrupar y conocer el valor energético de los residuos teniendo como resultado una independencia energética y cumplir un objetivo denominado reducción de emisiones. Por consiguiente, para Turín, ciudad donde opera esta planta la innovación funciona sin ningún tipo de impacto para la calidad del aire.
Las ejecuciones de los sistemas anteriormente mencionados permitirán que tres sectores que funcionan bajo la tecnología de combustible de óxido solido que operan en la planta generen hasta 175kw eléctricos. Además de suministrar prácticamente un tercio de lo que el total de las instalaciones necesitan para funcionar, este sistema hace uso de los gases calientes generados para cubrir gran parte de las necesidades térmicas.
Con respecto al gas biodegradable con una eficiencia destacada hasta del 53%, la planta tiene una unidad destinada en la que dentro de los tratamientos de aguas residuales la materia orgánica se digiere a través de un proceso anaeróbico (vida sin aire). De ahí se obtiene el gas biodegradable que después de pasar por un procedimiento de absorción queda libre de materias contaminantes.
Con antelación a la limpieza el gas biodegradable atraviesa un proceso de enfriamiento que garantice los parámetros de operaciones exitosos respecto al carbono. Luego de ello el gas se comprime y se estudia para proceder a alimentar un controlador de caudal instalado en la unidad de tecnología de combustible de óxido.
Con ello, las instalaciones de tratamiento de aguas residuales de Collegno se han posicionado como pioneras en el uso de sistemas de progreso en los que se observa el gran potencial. La tecnología implementada que provee la reutilización del gas producido en el tratamiento que logra una transformación total de los desechos en energía, esta sería aplicable en plantas de grandes tamaños o en su defecto en instalaciones pequeñas. De manera que toda empresa que produzca residuos orgánicos sea de la industria alimentaria, hospitales o granjas, puede obtener beneficios de esta tecnología para el ahorro operativo y para la disminución del impacto ambiental de sus técnicas productivas o de su gestión de residuos.